China retomará la compra de aceite de soja en la Argentina
Las restricciones impuestas por China a la importación de aceite de soja argentina durarán unas pocas semanas, ya que se trataría de una estrategia comercial que está aplicando el país asiático para poder vender sus stocks a precios altos en el mercado doméstico y aprovechar para que su ausencia en la plaza internacional provoque una baja en la cotización del producto.
No sería la primera ni la última vez que el gigante asiático avanza en este tipo de maniobras comerciales. Incluso, con la Argentina lo hizo en más de una oportunidad.
No sería la primera ni la última vez que el gigante asiático avanza en este tipo de maniobras comerciales. Incluso, con la Argentina lo hizo en más de una oportunidad.
De todas maneras, el canciller Jorge Taiana recibió ayer al embajador chino en Buenos Aires, Gang Zeng, para transmitirle su “gran preocupación” por la medida, que pone en jaque un negocio de u$s 2.000 millones previsto para este año. El jefe diplomático le solicitó a Zeng que suspenda la aplicación del bloqueo al aceite de soja local, que el gobierno de China anunció el jueves 1ero. de abril.
Zeng se comprometió a transmitir la inquietud argentina al gobierno de su país y le manifestó a Taiana que China “está dispuesta a mantener un estrecho contacto que permita realizar consultas para la búsqueda de una solución a este problema”, dijeron desde Cancillería.
Pese a la preocupación, en el Gobierno admiten que China había advertido de la norma (que rige, aunque de forma flexible, desde 2005) y que los exportadores locales deberán cumplir con los requisitos. Además, informaron que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue trabajando para poder concretar su viaje al país asiático. Por lo pronto, intentará reunirse con el jefe de Estado chino, Hu Jintao, la semana próxima en la cumbre sobre Seguridad Nuclear en Washington.
Estrategia comercial
Varias fuentes del mercado oleaginoso consultadas por El Cronista afirmaron que las agencias semigubernamentales chinas, que importan aceite en condiciones más favorables que el resto de las empresas (están exentos de pagar algunos impuestos) tienen un stock estimado, no comprometido, en torno al millón de toneladas y “ante el comienzo de la nueva cosecha (en América del sur), China impone esa restricción no tarifaria como para digerir ese stock en el mercado doméstico y, de paso, lograr una baja en el precio internacional del aceite”, señaló un broker del sector. Actualmente, la tonelada de aceite de soja local ronda u$s 815 FOB, pero la ausencia del principal comprador por entre cuatro y seis semanas podría derivar en una baja importante en la cotización.
Es más, la primera reacción en el mercado de materias primas local fue a la baja: el miércoles pasado, al conocerse la intención china, los precios cerraron por debajo de u$s 800 la tonelada. En cambio, en Chicago, principal plaza de referencia, el aceite de soja cerró la semana pasada con un repunte de 2%. Y ayer sumó otro 1%, hasta u$s 867 la tonelada, con los fondos especulativos tomando posiciones en 2.000 contratos. La expectativa es que si China mantiene el boicot al aceite argentino, tendrá sí o sí que buscar otro proveedor y todas las fichas las tiene Estados Unidos.
Pero más allá de las especulaciones en el mercado externo, los exportadores locales intentan cumplir a rajatabla las exigencias sanitarias que China decidió aplicar ahora de manera inflexible y se arriesgan a continuar embarcando, dijeron en el mercado.
Analistas y operadores comentaron que nadie cree seriamente que la situación se agrave. Mencionan como indicadores de cierta tranquilidad que ayer hubo operaciones entre exportadores en el mercado futuro por más de 50.000 toneladas de aceite de soja para mayo, junio y julio próximos. Y que las primas de descuento sobre el valor internacional del producto se mantienen sin cambios.
Las Camaras Industriales pidieron no ser victimas
Las cámaras empresarias de varios sectores industriales beneficiados por la política proteccionista del Gobierno pidieron ayer que se mantengan esas políticas ante la preocupación de que por necesidades fiscales se decida negociarlas a cambio de la reapertura de las exportaciones de soja a China.
El Gobierno puso en vigencia una veintena de medidas antidumping aplicadas al ingreso de productos procedentes de China. En el listado figuran los sectores de calzado, encendedores de cocina, algunos electrodomésticos (como multiprocesadoras), vajillas, textiles, entre otros. Además en el caso de neumáticos hay una investigación en paralelo con Brasil, para proteger a ambos mercados.
Ninguna autoridad china expuso públicamente la condición de reducir esas medidas para retomar la compra de soja argentina, aunque es una preocupación que se generalizó entre los industriales.
La cámara metalúrgica Adimra afirmó que las medidas de administración del comercio “responden a los procesos habituales y están contempladas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para enfrentar a las importaciones del país asiático”. “Pensamos que para resolver este conflicto debe predominar el diálogo y el análisis de las estadísticas comerciales”, sostuvo en un comunicado.
Adimra, que preside Juan Carlos Lascurain, dijo que confiaba en “la firmeza de nuestro Gobierno para defender a toda la industria nacional, apoyado en la fortaleza de los argumentos”.
En el mismo sentido se expresaron el presidente de la Fundación Pro Tejer, Pedro Bergaglio; el titular de la CGERA, Marcelo Fernández; el empresario marroquinero Raúl Zylbersztein; el presidente de la Cámara de Indumentaria Infantil (Caibyn), Víctor Hugo Benyakar; y el titular de la Cámara del Calzado, Alberto Sellaro, según un comunicado conjunto.
“Todos los instrumentos empleados de administración comercial de preservación y promoción del desarrollo de la industria local están amparados por las reglas de la Organización Mundial de Comercio y son legítimos”, dijo Bergaglio.
Para Fernández, “no tenemos dudas que la intención por la que China nos impone trabas a la exportación de aceite de soja, es decir con el primer proceso de industrialización de la soja, es simplemente la protección de su mercado interno e industria”. Y Zylbersztein recordó que “China tiene más de 100 cláusulas antidumping en vigencia y cerca de 20 más en proceso” y que ´Estados Unidos es el país que más medidas de protección tiene sobre el comercio exterior”.
En el primer bimestre del año, la balanza comercial dejó un saldo a favor de China de u$s 600 millones, como saldo de exportaciones argentinas de origen agropecuario y la compra de bienes industriales de mayor valor agregado. El déficit argentino arrancó en 2008, cuando alcanzó los u$s 700 millones, y se potenció el año pasado a u$s 1.200 millones.
Las cámaras empresarias de varios sectores industriales beneficiados por la política proteccionista del Gobierno pidieron ayer que se mantengan esas políticas ante la preocupación de que por necesidades fiscales se decida negociarlas a cambio de la reapertura de las exportaciones de soja a China.
El Gobierno puso en vigencia una veintena de medidas antidumping aplicadas al ingreso de productos procedentes de China. En el listado figuran los sectores de calzado, encendedores de cocina, algunos electrodomésticos (como multiprocesadoras), vajillas, textiles, entre otros. Además en el caso de neumáticos hay una investigación en paralelo con Brasil, para proteger a ambos mercados.
Ninguna autoridad china expuso públicamente la condición de reducir esas medidas para retomar la compra de soja argentina, aunque es una preocupación que se generalizó entre los industriales.
La cámara metalúrgica Adimra afirmó que las medidas de administración del comercio “responden a los procesos habituales y están contempladas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para enfrentar a las importaciones del país asiático”. “Pensamos que para resolver este conflicto debe predominar el diálogo y el análisis de las estadísticas comerciales”, sostuvo en un comunicado.
Adimra, que preside Juan Carlos Lascurain, dijo que confiaba en “la firmeza de nuestro Gobierno para defender a toda la industria nacional, apoyado en la fortaleza de los argumentos”.
En el mismo sentido se expresaron el presidente de la Fundación Pro Tejer, Pedro Bergaglio; el titular de la CGERA, Marcelo Fernández; el empresario marroquinero Raúl Zylbersztein; el presidente de la Cámara de Indumentaria Infantil (Caibyn), Víctor Hugo Benyakar; y el titular de la Cámara del Calzado, Alberto Sellaro, según un comunicado conjunto.
“Todos los instrumentos empleados de administración comercial de preservación y promoción del desarrollo de la industria local están amparados por las reglas de la Organización Mundial de Comercio y son legítimos”, dijo Bergaglio.
Para Fernández, “no tenemos dudas que la intención por la que China nos impone trabas a la exportación de aceite de soja, es decir con el primer proceso de industrialización de la soja, es simplemente la protección de su mercado interno e industria”. Y Zylbersztein recordó que “China tiene más de 100 cláusulas antidumping en vigencia y cerca de 20 más en proceso” y que ´Estados Unidos es el país que más medidas de protección tiene sobre el comercio exterior”.
En el primer bimestre del año, la balanza comercial dejó un saldo a favor de China de u$s 600 millones, como saldo de exportaciones argentinas de origen agropecuario y la compra de bienes industriales de mayor valor agregado. El déficit argentino arrancó en 2008, cuando alcanzó los u$s 700 millones, y se potenció el año pasado a u$s 1.200 millones.
FUENTE: cronista.com
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