Prohibido pasar: hay 25.000 electrodomésticos en Aduana, ¿cómo afecta a los Comercios?
Heladeras, lavarropas, cocinas y artículos de reconocidas marcas como Candy, Ariston, General
Electric, Whirlpool o Electrolux se sumaron a la lista de bienes alcanzados por el “cerrojo
oficial”. Los directivos de negocios y grandes cadenas cuentan cómo afectará al bolsillo de los
argentinos.
Días atrás, Cecilia y Nicolás, una pareja que vive en el barrio de Belgrano, recorrieron diferentes locales de electrodomésticos aprovechando las promociones remanentes que todavía ofrecen bancos y tarjetas de crédito con el objetivo de comprar algunos artículos del hogar y renovar su casa.
Estaban interesados en los modelos de alta gama ya que en un folleto habían visto que podían pagar la compra en 24 meses y así sumarse al fenómeno de la licuación de cuotas, que consiste en adquirir un bien con planes a largo plazo y esperar que los pagos se vayan diluyendo proporcionalmente al ingreso, considerando los inminentes ajustes salariales que a esta altura del año se preparan a dar las empresas.
El problema fue que, al llegar al showroom de una de las principales cadenas de retail, el vendedor les dijo que la heladera marca Whirlpool que habían visto publicitada a $4.000 ya no quedaba en stock y que en la empresa nadie sabía cuándo volvería a entrar ese modelo, que es importado de Brasil.
Probaron en otro local, y la escena fue la misma: la cocina que buscaban -una Ariston fabricada en Europa- también brillaba por su ausencia.
En ambos casos, los vendedores optaron por ofrecerles productos mucho más caros, que escapaban a su presupuesto o, directamente, alternativas nacionales, muchas de ellas de buena calidad pero lejos de las prestaciones, la categoría y el diseño de los modelos importados.
Esta escena, lejos de ser un caso aislado, se está repitiendo, y cada vez más frecuentemente, en los locales de electrodomésticos de la Argentina y no hace más que dejar de manifiesto el hecho de que, tras haberle puesto el “cerrojo” a los autos de alta gama, el Gobierno ahora lanzó un plan de tolerancia cero hacia los artículos del hogar que llegan del exterior.
En efecto, en diálogo con este medio, el presidente de la Cámara de Importadores (CIRA), Diego Pérez Santisteban, alertó que “en la Aduana ya hay más de 120 contenedores frenados con electrodomésticos”.
En total, se estima que hay unos 25.000 productos varados, entre los que se encuentran principalmente heladeras, cocinas y algunos lavarropas.
En este sentido, el presidente de la CIRA confirmó que “la mercadería frenada es de todos los orígenes”, aunque los países más afectados son Brasil, Chile, Polonia, Turquía, Corea y China.
Santisteban afirmó que “hace más de diez días que a ninguna empresa le están saliendo los permisos para ingresar los productos” y que “un sólo supermercado tiene 30 contenedores varados”.
La gravedad de este “cerrojo” que tiene de rehén a los electrodomésticos importados está en que, tal como ratificó el directivo, “todos los productos tenían las licencias no automáticas en regla y totalmente aprobadas o sus autorizaciones correspondientes. Es decir, no había motivos para demorarlos”.
Frente a esto, adelantó a iProfesional.com que “estamos iniciando gestiones con el Ministerio de Industria para interiorizarnos sobre esta problemática, porque aún nadie sabe explicarnos si la razón es aduanera o si esto es consecuencia de alguna medida tomada por otro sector del Gobierno”.
Este medio se contactó con el centro de venta telefónica de una de las cadenas de retail más importantes del país y uno de los vendedores confirmó el complejo panorama que se abre para los consumidores que quieren acceder a los electrodomésticos de marcas reconocidas: “Teníamos un stock importante, pero ahora no está entrando nada de afuera y se está agotando. A aquél que va a comprar y encuentra el producto que quiere, le decimos que aproveche ahora porque después no sabemos si va a haber oferta”.
El problema también impacta en el interior del país. Santiago Bozzetti, responsable de Marketing de la cadena Naldo Lombardi, con fuerte presencia en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Santa Fe, aseguró a iProfesional.com que “estamos teniendo problemas con la llegada de artículos de línea blanca, especialmente en todo lo que es heladeras y cocinas”.
“Hoy casi no tenemos modelos de Candy, Ariston, General Electric, Whirlpool o Electrolux. Las importaciones de estos productos están totalmente vedadas y no nos queda prácticamente nada en el depósito. Esto es un verdadero problema porque tenemos 38 locales en el país y no disponemos de artículos en el segmento premium para satisfacer la demanda de nuestros clientes”, destacó Bozzetti.
El directivo recalcó que “si bien el público de clase media elige más por precio y cuotas, están quienes quieren la marca top y es un porcentaje importante de nuestros compradores. Por eso nos preocupa que las empresas ya casi no tengan producto para enviarnos. De hecho, en nuestro próximo catálogo de ventas directamente no vamos a publicar ningún producto importado”.
Incluso, alertó que lo poco que se está consiguiendo “está viniendo con ajustes de precios, del orden del 7%”, una apreciación que la vinculó, justamente, con la escasez de artículos del hogar.
Hay 3.000 autos de lujo parados en la Aduana
Suman más de 3.000 los autos de alta gama que se acumulan desde principios de mes en la Aduana de Zárate. No hay en ese sentido demasiada distinción entre importadores netos y fabricantes locales, ya que conviven unos 1.000 BMW (sin fábrica en la Argentina) con algunos cientos de Mercedes Benz (que tiene su planta en lo más profundo de La Matanza).
En el caso de Audi tiene, o tuvo, unas 300 unidades varadas en la Aduana bonaerense. Fuentes cercanas a Audi Argentina aseguraron que a lo largo de este mes la Aduana les fue liberando los vehículos.
Pero desde el Gobierno señalaron que –hasta el viernes– los 300 Audi seguían en Zárate, estacionados en el playón aduanero.
No son los únicos. También hay unidades de Chery, Hyundai, Porsche y hasta algunas Land Rover que están esperando ser homologadas.
Esta prohibición no escrita fue admitida por fuentes oficiales como presión del Ministerio de Industria para que las importadoras generen de alguna manera las divisas que el país gasta para importar estas costosas unidades.
Desde el Gobierno pretenden que este año importen un 20% menos que en 2010 y que, además, exporten el mismo equivalente en dólares de lo que importan. Hay negociaciones, como la hipotética radicación de una planta de ensamblado de motocicletas de lujo y hasta la exportación de cartelería de manufactura santafesina por parte de uno de los distribuidores hacia países de la región. Pero por ahora no pasan de conversaciones.
A lo largo de 2010, el déficit del sector automotriz superó los 5.000 millones de dólares.
Un 80% de ese déficit es por la alta incidencia de las autopartes importadas (entre 70% y 80%) en la fabricación de los vehículos locales. Otro 20% del déficit (más de 1.000 millones de dólares) es engrosado por la importación de vehículos de alta gama, fabricados fuera del Mercosur.
Si bien nadie lo dice en voz alta, en el Gobierno concluyeron que es allí donde conviene apretar las tuercas, en vez de meter más presión a la industria automotriz local para que acelere la nacionalización de autopartes.
Hubo una serie de advertencias previas: desde Industria se había exigido en 2010 las importadoras que presentaran un plan de exportaciones. Con el arranque de febrero, comenzó la acción directa: sin un solo papel, se les frenó las importaciones. Hasta el momento, no hubo tampoco cartas documento por parte de las importadoras.
Todas optaron por la negociación directa. Ya se reunieron con la ministra Débora Giorgi y su número dos, Eduardo Bianchi, representantes de marcas como Hyundai, Chery, BMW y Porsche. El resto de las importadoras tiene una cita ya agendada en el edificio de Diagonal Sur.
Fuente: iprofesional.com - Clarín
Comentarios
La solución no es tomar de rehenes a los consumidores obligándolos a consumir productos de baja tecnología y pésima calidad. Sino que había que trabajar junto con la industria local para que se invierta en tecnología para producir bienes de calidad.
Por qué no se preguntan por qué la gente prefiere los productos importados? No es por el precio, sino por la calidad superior a la basura que se ensambla en el país.